La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla.
El espíritu nos conforma como un ser inmaterial y dotado de razón, acompañada de un alma que igual es razonable.
Entonces cuando contemplamos y definimos la belleza de las cosas, es por que estamos reflejando nuestro ser.
Desde las cosas más simples, hasta las más complejas, podemos ver la belleza de las cosas.
Claro, no podemos definir que todo tiene belleza, pero podemos buscar la manera de encontrarla, de bañarla o transformarla.
Por otro lado, cada quien es producto de su razonamiento, por lo tanto, la contemplación de la belleza puede verse desde distintas perspectivas, inclusive en los lados oscuros.
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